lunes, 23 de abril de 2018

Practica Docente Universitaria una Educación a Distancia


Para introducirnos  en el  tema es preciso  reflexionar sobre este  fenómeno innovador,  “La Educación a Distancia”  y comprender los hechos empíricos que muestra esta práctica educativa, como fuente para sistematizar el cómo hacer tecnológico en enseñanza a distancia y el propio qué hacer, con el fin de  posibilitar una forma de enseñanza no presencial de efectos positivos.

 Esto llevaría a la generación de una teoría de la educación a distancia que en sentido amplio según García Aretio, 1989-91 la entenderíamos como:
“La construcción científica que consiste en la sistematización de las leyes, ideas, principios y normas, con objeto de describir, explicar, comprender y predecir el fenómeno educativo en la modalidad a distancia y regular la intervención pedagógica en este ámbito.”

La base de la educación a distancia, su rasgo más destacado al diferenciarla de la modalidad presencial, es su característica de comunicación mediada entre docentes y alumnos (Garridson, 1993). Así entendemos que la enseñanza a distancia se basa en un diálogo didáctico mediado entre el profesor u organización que tutelan y el estudiante que, separado físicamente de aquél, aprende de forma independiente y flexible.

A  esta propuesta teórica  se agrega  los componentes que interaccionan en esa realidad educativa en la que se ha de aplicar la metodología de enseñanza/aprendizaje más adecuada, de acuerdo con:
  • -       El tipo de alumnos destinatarios de la formación.
  • -        El tipo o modalidad de comunicación didáctica de que se puede disponer dentro de la norma o modelo educativo propuesto.
  • -        El tipo de estructura organizativa.
  • -       El tipo de tareas docentes

Los componentes  aquí mencionados se diferencian sustancialmente de las  análogas de los sistemas convencionales (García Aretio, 1994).

Cuando caracterizamos  al docente decimos que  el que gobierna o debe gobernar y regular el proceso mediante el que se desarrollan una serie de acciones recíprocas entre educador y educando de manera que la acción de cada uno de ellos determina la respuesta del otro.

La intencionalidad educativa del docente o de la institución que educa debe marcar la dirección del proceso interactivo. La interactividad, cuando los educandos son más de uno, además de producirse en sentido vertical se desarrolla  en sentido horizontal y en múltiples direcciones dentro del grupo.
 En educación a distancia el estudiante interacciona real o virtualmente:
· con los docentes (profesores principales, tutores, consejeros, animadores que apoyan, motivan y orientan el aprendizaje)
·  con los propios compañeros entre sí (alumno-alumno, alumno-grupo, con o sin el docente)
· con los materiales de aprendizaje (leyendo, viendo, escuchando, manipulando, seleccionando, interpretando, asimilando, sintetizando...).
·  con la institución (sede central o centros de apoyo) con el fin de recabar servicios administrativos y resolver problemas de tipo general.

Todas estas posibilidades interactivas, en educación a distancia pueden adoptar diversas modalidades, en función de la intermediación, del tiempo y del canal.

El rol docente
La eficacia y eficiencia de las instituciones educativas depende en gran parte de la formación, capacidades y actitudes de sus docentes. Esas tres características corresponden a la educación presencial.

En la educación  a distancia la docencia, se utilizan recursos técnicos más o menos sofisticados para posibilitar la comunicación bidireccional en la que colabora un profesor llamado, tutor. La docencia debe  ser enfocada a motivar y potenciar el aprendizaje independiente y autónomo de un adulto.

Aquí podemos hablar de competencias una aproximación de competencias en el ámbito educativo la podemos lograr a partir de la dada por Echeverría (1996), al descomponer las competencias profesionales desde los pilares de la educación propuestos por UNESCO.

Estas competencias son:
a) Competencia Técnica (saber): tener los conocimientos especializados que permitan dominar, como experto, los contenidos y las tareas vinculadas a la propia actividad laboral.

b) Competencia metodológica (saber hacer): aplicar los conocimientos a situaciones laborales concretas utilizando los procedimientos adecuados, solucionar problemas de manera autónoma y transferir las situaciones adquiridas a situaciones novedosas.

c) Competencia participativa (saber estar): atender el mercado laboral, predisposición al entendimiento interpersonal así como a la comunicación y cooperación con los otros demostrando un comportamiento orientado al grupo.

d) Competencia personal (saber ser): tener una imagen realista de uno mismo, actuar de acuerdo con las propias convicciones, asumir responsabilidades, tomar decisiones y relativizar posibles frustraciones”.

Las competencias se agrupan en cuatro categorías
1. alfabetización  tecnológica
2. desarrollo productivo
3. integración tic en ambientes de aprendizaje

Podemos concluir diciendo que los Docentes universitarios  se constituyen en un elemento primordial en la integración de las TIC siendo necesario que ellos  desarrollen las competencias que les permitan aprovecharlas en las diferentes asignaturas que orientan.

Referencia Bibliográfica 

- Ministerio de Educación Nacional Colombia (2013) - “Competencias TIC para el desarrollo profesional docente” – Capítulo 1 y 2

- Toro, P. y otros (2004) - “Competencias deseables de un docente universitario en el uso de las TIC” – Primer Congreso Internacional de Educación Mediada por Tecnologías

-  García Aretio, L. “Fundamentos y Componentes de Educación a Distancia”

- UTN FRA - Los principios del desarrollo profesional

-  Video complementario en Youtube (marzo de 2016): 

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