Para introducirnos
en el tema es preciso reflexionar sobre este fenómeno innovador, “La Educación a Distancia” y comprender los hechos empíricos que muestra
esta práctica educativa, como fuente para sistematizar el cómo hacer tecnológico en enseñanza a distancia y el propio qué hacer, con el fin de posibilitar una forma de enseñanza no
presencial de efectos positivos.
Esto llevaría a la
generación de una teoría de la educación a distancia que en sentido amplio según
García Aretio, 1989-91 la entenderíamos como:
“La
construcción científica que consiste en la sistematización de las leyes, ideas,
principios y normas, con objeto de describir, explicar, comprender y predecir
el fenómeno educativo en la modalidad a distancia y regular la intervención pedagógica
en este ámbito.”
La base de la educación a distancia, su rasgo más
destacado al diferenciarla de la modalidad presencial, es su característica de comunicación
mediada entre docentes y alumnos (Garridson, 1993). Así entendemos que la enseñanza a distancia se basa en un diálogo didáctico mediado entre
el profesor u organización que tutelan y el estudiante que, separado físicamente de aquél, aprende de forma
independiente y flexible.
A esta propuesta
teórica se agrega los componentes que interaccionan en esa
realidad educativa en la que se ha de aplicar la metodología de enseñanza/aprendizaje
más adecuada, de acuerdo con:
- - El tipo de alumnos destinatarios de la formación.
- - El tipo o modalidad de comunicación didáctica de que se puede disponer dentro de la norma o modelo educativo propuesto.
- - El tipo de estructura organizativa.
- - El tipo de tareas docentes
Los componentes aquí
mencionados se diferencian sustancialmente de las análogas de los sistemas convencionales (García
Aretio, 1994).
Cuando caracterizamos al docente decimos que el que gobierna o debe gobernar y regular el
proceso mediante el que se desarrollan una serie de acciones recíprocas entre
educador y educando de manera que la acción de cada uno de ellos determina la
respuesta del otro.
La intencionalidad educativa del docente o de la
institución que educa debe marcar la dirección del proceso interactivo. La interactividad,
cuando los educandos son más de uno, además de producirse en sentido vertical
se desarrolla en sentido horizontal y en
múltiples direcciones dentro del grupo.
En educación a
distancia el estudiante interacciona real o virtualmente:
· con los docentes (profesores principales,
tutores, consejeros, animadores que apoyan, motivan y orientan el aprendizaje)
· con los propios compañeros entre sí
(alumno-alumno, alumno-grupo, con o sin el docente)
· con los materiales de aprendizaje (leyendo,
viendo, escuchando, manipulando, seleccionando, interpretando, asimilando, sintetizando...).
· con la institución (sede central o centros de
apoyo) con el fin de recabar servicios administrativos y resolver problemas de
tipo general.
Todas estas posibilidades interactivas, en educación a
distancia pueden adoptar diversas modalidades, en función de la intermediación,
del tiempo y del canal.
El rol docente
La eficacia y eficiencia de las instituciones educativas
depende en gran parte de la formación, capacidades y actitudes de sus docentes.
Esas tres características corresponden a la educación presencial.
En la educación a
distancia la docencia, se utilizan recursos técnicos más o menos sofisticados
para posibilitar la comunicación bidireccional en la que colabora un profesor llamado,
tutor. La docencia debe ser enfocada a
motivar y potenciar el aprendizaje independiente y autónomo de un adulto.
Aquí podemos hablar de competencias una aproximación de
competencias en el ámbito educativo la podemos lograr a partir de la dada por
Echeverría (1996), al descomponer las competencias profesionales desde los
pilares de la educación propuestos por UNESCO.
Estas competencias
son:
a) Competencia Técnica (saber): tener los conocimientos
especializados que permitan dominar, como experto, los contenidos y las tareas
vinculadas a la propia actividad laboral.
b) Competencia metodológica (saber hacer): aplicar los
conocimientos a situaciones laborales concretas utilizando los procedimientos
adecuados, solucionar problemas de manera autónoma y transferir las situaciones
adquiridas a situaciones novedosas.
c) Competencia participativa (saber estar): atender el
mercado laboral, predisposición al entendimiento interpersonal así como a la comunicación
y cooperación con los otros demostrando un comportamiento orientado al grupo.
d) Competencia personal (saber ser): tener una imagen
realista de uno mismo, actuar de acuerdo con las propias convicciones, asumir
responsabilidades, tomar decisiones y relativizar posibles frustraciones”.
Las competencias se agrupan en cuatro categorías
1. alfabetización
tecnológica
2. desarrollo productivo
3. integración tic en ambientes de aprendizaje
Podemos concluir diciendo que los Docentes universitarios se constituyen en un elemento primordial en
la integración de las TIC siendo necesario que ellos desarrollen las competencias que les permitan
aprovecharlas en las diferentes asignaturas que orientan.
Referencia Bibliográfica
- Ministerio de Educación Nacional Colombia (2013) - “Competencias TIC para el desarrollo profesional docente” – Capítulo 1 y 2
- Toro, P. y otros (2004) - “Competencias deseables de un docente universitario en el uso de las TIC” – Primer Congreso Internacional de Educación Mediada por Tecnologías
- García Aretio, L. “Fundamentos y Componentes de Educación a Distancia”
- UTN FRA - Los principios del desarrollo profesional
- Video complementario en Youtube (marzo de 2016):